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Poligrafía Binaria

La naturaleza desnuda de la fotografía

Jaime Munárriz

RESUMEN: El autor plantea la necesidad de una revisión de la naturaleza de la
fotografía, a la luz de los nuevos sistemas digitales. Al mismo tiempo, la
coexistencia de la fotografía con otras imágenes de génesis diferente, dentro
del medio digital, necesita una ordenación de las distintas categorías de
imagen digital.

PALABRAS CLAVE: Fotografía, naturaleza, digital, categorías.
Cuando reflexionamos acerca de la naturaleza de la fotografía solemos
asociarla siempre a su componente químico fundamental, las sales de plata.
Nos parece que la fotografía existe sólo en y por los granos de haluros de plata
que forman la imagen al oscurecerse bajo la acción de la luz. Dado que la
imagen se forma en esos granos, no podemos separarla de ellos. En
consecuencia, tendemos a asociar ese mecanismo químico de captura de la
luz con la esencia misma del proceso fotográfico.
En los últimos años el vertiginoso desarrollo de las tecnologías informáticas ha
empezado a introducirnos a un nuevo tipo de imágenes, con características
propias muy diferentes de las imágenes fotográficas tradicionales.
Paulatinamente, algo que parecía imposible en un principio, comienza a
parecer una realidad casi segura: los ordenadores pueden ofrecer imágenes
con una calidad tan alta como los métodos fotográficos tradicionales.
Estas imágenes digitales pueden sorprendernos por su calidad, pero todo el
mundo, y especialmente los profesionales del medio fotográfico, acostumbran
a discriminarlas inmediatamente como imágenes de una naturaleza muy
diferente. Tanto si las contemplamos en un monitor como impresas sobre papel,
queda claro que son imágenes nacidas de un proceso absolutamente distinto
al fotográfico. El motivo principal para esta discriminación es el aspecto que les
aporta su componente estructural, el grano o formante de la imagen. Las
imágenes digitales no tienen grano como las imágenes fotográficas. En su lugar
están compuestas por una retícula regular de cuadrados que, a modo de
mosaico cada uno con un color diferente, forman la imagen cuando los
contemplamos desde la distancia adecuada. Es decir, las imágenes digitales
en vez de formarse mediante el grano se forman mediante pixels.
(fig.1) Aspecto del pixel.
La diferencia en el elemento formante de la imagen es una diferencia radical,
pues ya que la imagen se forma mediante ese formante su aspecto es una
consecuencia directa del que ese formante puede proporcionar. Aspectos
absolutamente opuestos: el grano fotográfico es irregular en forma y tamaño,
con corpúsculos redondeados o en forma de judía que cubren el espacio con
aleatoriedad, mientras que los pixels son cuadrados, regulares y absolutamente
iguales. Las imágenes formadas por el grano argénteo adquieren una calidad
especial, una textura muy rica visualmente que se añade a la imagen misma.
Las imágenes formadas mediante pixels adquieren el carácter de su trama fría
y matemática, la textura regular y sus cuadrados de color liso. En el caso de las
imágenes argénteas podemos aprovechar ese grano para conseguir
determinadas calidades. En el caso de las imágenes digitales lo mejor que
podemos hacer es reducir el tamaño de esos pixels hasta conseguir que sean
tan pequeños que dejen de apreciarse, de forma que la imagen no se vea
alterada por su estructura.
Grano y pixel son pues dos formantes de la imagen de naturaleza opuesta.
Orgánico frente a regular, cálido frente a frío, desordenado frente a repetible,
son conceptos opuestos que se enfrentan en cada una de sus características.
Las imágenes que forman cada uno de ellos se embeben en esas
características, adquiriendo el carácter de su formante. Imágenes argénteas y
digitales tienen, por tanto, un aspecto muy distinto, como consecuencia del
elemento formante.
(fig. 2) Aspecto del grano frente al del pixel.
Dado el aspecto tan distinto de ambas imágenes, es lógico que se considere
que son de tipos diferentes. De ahí se deduce que las imágenes digitales no son
imágenes fotográficas. Es decir, sí, se admite que pueden provenir de una
cámara semejante a la fotográfica –aunque, en realidad casi se parece más a
una cámara de vídeo- aunque todo lo demás es distinto, puesto que no
atraviesan el laboratorio y sus procesados. Además, muchas veces se
contemplan en un monitor y no sobre papel y, para colmo, se pueden
manipular hasta el infinito sin ninguna degradación. En fin, que no, que son
imágenes de una naturaleza muy distinta, que no son fotografías. Las
fotografías utilizan película, se revelan y se positivan. Las otras imágenes son
algo parecido, pero desde luego no son fotográficas. Posiblemente se trate de
un nuevo tipo de imágenes todavía no muy bien analizado, pero no son
fotografías.
Estos razonamientos son bastante lógicos y el sentido común parece llevarnos a
sus mismas conclusiones. Pero, al mismo tiempo, una duda persiste. Nos damos
cuenta de que hay algo en el proceso que es absolutamente idéntico. Una
persona toma una cámara, con ella mira al mundo y decide capturar una
imagen en un momento dado. El proceso es igual en ambos casos. Por lo tanto,
hay algo común a los dos sistemas, algo que los hermana.
El nacimiento de las imágenes digitales despierta serias inquietudes sobre
algunas cuestiones que ya creíamos solventadas. Está poniendo en duda la
esencia misma de la naturaleza de la fotografía. Al enfrentarnos a estas nuevas
imágenes, a sus semejanzas y diferencias con las fotografías tradicionales,
tenemos que remontarnos a la esencia de lo fotográfico para tratar de resolver
los interrogantes. Estas imágenes digitales tienen, por tanto, un incuestionable
valor, más allá de sus logros técnicos o plásticos: sirven para que avancemos en
nuestro conocimiento sobre el hecho fotográfico mismo. Son disparadores de
reflexiones sobre la propia naturaleza de la fotografía.
Esencia del proceso fotográfico
El enfrentamiento entre ambos sistemas de captura de imágenes nos puede
llevar a redescubrir la esencia de lo fotográfico, alertándonos sobre algunos
hechos que no nos planteábamos, por su absoluta evidencia, y al mismo
tiempo cuestionando algunas afirmaciones comunes. Si tratamos de analizar la
fotografía prescindiendo de detalles prácticos concretos, nos encontramos con
que la esencia del proceso está en la captura de un instante visual, mediante
la cámara, sobre un soporte físico que permitirá su almacenamiento y
posteriormente portará una imagen bidimensional semejante a la que emitía la
escena. Cada uno de estos elementos del proceso está aportando alguna de
las características principales de la fotografía: el corte temporal del momento
de captura, la formación de la imagen mediante la luz que emana de la
escena, la perspectiva de la cámara oscura junto con las alteraciones que
introducen las lentes, la bidimensionalidad del soporte y las características de
éste que se sumarán a la imagen final: material, textura, características de su
formante, etc. Estos son elementos primordiales en la estructura de lo
fotográfico que definen sus características específicas como medio y lo
diferencian de otros medios próximos en alguna de sus fases.
La fotografía está definida por estos componentes. Otros elementos que
anteriormente podían parecer fundamentales aparecen ahora como casos
concretos de alguna de las fotografías posibles. La fotografía sobre sales de
plata, la más desarrollada por la industria y el uso social, es sólo uno de los
posibles tipos de fotografía. Junto a ella tenemos todos los procedimientos
antiguos en desuso y ahora la fotografía digital. Además podemos imaginar
otros tipos de fotografía todavía no inventados físicamente, como por ejemplo
una fotografía sobre plasma que recogiera la luz de forma electrónica pero en
un continuo, sin una reticulación como la que imponen los pixels en la
fotografía electrónica actual.
La fotografía es un gran sistema de creación de imágenes que puede
subdividirse en grandes familias de subsistemas que utilizan mecanismos internos
diferenciados. La fotografía argéntea es uno de estos subsistemas, así como la
fotografía digital es otro de ellos. La primacía contemporánea de la fotografía
argéntea no debe hacernos perder el sentido de la globalidad, contemplando
todos los casos posibles, percibiendo semejanzas y resaltando diferencias.
Ambos subsistemas fotográficos comparten aquello que es más importante en
lo fotográfico, difiriendo sólo en las particularidades físicas que hacen posible la
captura sobre uno u otro soporte. El uso de la cámara con lentes para capturar
la luz, la duración temporal acotada de esa captura, la bidimensionalidad de
la imagen registrada son los factores esenciales en el proceso fotográfico. El
mecanismo físico que permite esa captura, las particularidades mecánicas de
su construcción, son los elementos diferenciadores de cada caso concreto.
La alteración del soporte que registra la imagen fotográfica no altera
fundamentalmente el proceso, no anula su condición de sistema fotográfico
(aunque sí puede alterar el aspecto de estas imágenes). Nos lleva hacia uno u
otro de los casos de fotografía posibles, así como el uso de lápiz, pluma o
bolígrafo no aleja una imagen del campo del dibujo. Se trata de
procedimientos específicos, todos ellos dentro del ámbito de lo fotográfico.
La alteración del resto de los factores que hemos defendido como esenciales
sin embargo sí tiene que alejarnos de lo fotográfico, pues, en caso contrario, no
serían realmente aspectos esenciales. Si prescindimos de la cámara tendremos
fotogramas, rayogramas, quimigramas, fotocopias o imágenes escaneadas.
Todas estas imágenes son producidas por la fotosensibilidad de algunos
materiales y su exposición a la luz. Sin embargo, el hecho de no utilizar la
cámara oscura los convierte en imágenes no fotográficas. Son imágenes
formadas por la luz, pero no fotografías. Incluso las imágenes fotográficas
formadas en la cámara estenopéica, consistente en una cámara obscura que
no utiliza lentes para construir la imagen, sino sólo un pequeño orificio, se
constituyen como un caso de fotografía claramente diferenciado de las
obtenidas mediante cámara con lentes. La estenopéica mantiene en sus
imágenes una relación biunívoca entre sus puntos y los de la escena. Las lentes
rompen esa biunicidad introduciendo el elemento de enfoque/desenfoque.
Registros estenopéicos e imágenes formadas mediante lentes difieren, por
tanto, en un rasgo esencial absolutamente diferenciador. Este hecho separa a
las estenopéicas de las imágenes fotográficas obtenidas mediante la cámara
con lentes. Preferiremos considerarlas como protofotografías, un antecesor más
rudimentario que cuenta con casi todos los elementos de lo fotográfico, pero
que carece de uno de ellos, lo que constituye su diferencia.
(fig 4) Lumograma, digitograma, estenopéica.
La fotografía digital
Las imágenes fotográficas digitales parecen constituirse en otro tipo de
imágenes por diversos motivos. Ya hemos analizado la diferencia en el
procedimiento que suponen. Frente a la emulsión de sales de plata utilizan una
rejilla de sensores que modifica la electricidad con la acción de la luz. El
soporte de la imagen es absolutamente distinto al tradicional: frente al grano
irregular de las sales aparece una trama perfectamente regular de puntos
cuadrados. En lugar de almacenarse la información en forma de procesos
químicos se almacena como electricidad. En vez de almacenarse la
información con valores continuos se almacena con valores discretos,
reduciendo la riqueza de la información. Son todos factores que diferencian
notablemente ambos sistemas, pero recordamos que sólo se diferencian en la
fase de almacenamiento de la información, en lo concerniente al soporte y su
capacidad para recoger y almacenar esa información.
Otros factores que complican la apreciación de la fotografía digital son la
convivencia sobre un mismo medio de imágenes de procedencias muy
diversas con el mismo formato, así como las posibilidades ilimitadas de
manipulación que éste ofrece. Esto no tiene equivalente en el medio
tradicional, donde sólo encontramos imágenes fotográficas sobre los soportes
fotográficos.
(fig 5) Distintos tipos de imagen digital.
Las fotografías digitales se convierten al introducirse en alguno de los
dispositivos de almacenamiento de los sistemas preparados para trabajar con
ellas en imágenes digitales tipo bitmap, formadas por pixels. Se almacenan en
alguno de los numerosos formatos de fichero preparados para este tipo de
información (TIFF, JPEG, GIF, PCX, PCD, PSD, TGA…). Como tales imágenes
digitales conviven con muchas otras que tienen un origen muy diferente. El
medio de almacenamiento las homogeneiza. Sin embargo, no tenemos que
olvidar la especificidad de cada una, que proviene de los mecanismos que la
gestaron. Aunque pueden convivir en un formato homogeneizador, no por ello
devienen imágenes de la misma naturaleza. Simplemente comparten algunas
características, pero no pierden su naturaleza esencial, la relación con su
proceso de gestación.
Por tanto, tenemos que diferenciar los tipos posibles de imagen digital para
comprender el lugar de las fotografías digitales y su relación con los otros tipos
existentes.
Tipos de imagen digital
1. Imagen generada mediante algoritmos
En este caso, la imagen es generada mediante fórmulas matemáticas
que dibujan una imagen que refleja las relaciones abstractas como
formas y colores. El operario que produce la imagen se limita a decidir
sobre la fórmula en cuestión, el rango de valores que quiere reproducir,
así como la correspondencia gráfica con formas y colores. La imagen se
construye de forma automática. Casos simples son representaciones de
fórmulas como el seno o el coseno. Más complejas las imágenes de
fórmulas fractales.
(fig 6) Imágenes fractales generadas mediante algoritmos.
2. Imagen pintada sobre pantalla
En este caso el operador utiliza algún tipo de dispositivo para dibujar una
imagen de forma similar a como se realiza con procedimientos
tradicionales como lápices o pinceles. Con un ratón o tableta
digitalizadora se construye la imagen gesto a gesto, mediante
herramientas virtuales que simulan las tradicionales o inventan otras
nuevas. La imagen se construye de forma secuencial, con un proceso de
interacción y realimentación que posibilita la reflexión en cada paso del
creador y su especial relación con la imagen que va conformando. En
esto el proceso es idéntico a los tradicionales, por supuesto, aunque se
distinguen por las peculiaridades de este medio que permite
correcciones infinitas sin degradación del soporte, y que ofrece una
abstracción de la información que no depende de materiales físicos
concretos para obtener los distintos efectos.
(fig 7) Imagen digital dibujada a mano.
3. Imagen en 3D
El operador construye una escena virtual con objetos, luces y cámaras.
Posteriormente se genera una imagen bidimensional que responde a una
fotografía virtual de la escena construida. El proceso de modelado es
semejante a la escultura o arquitectura tradicionales. La iluminación y
colocación de la cámara son semejantes a la fotografía tradicional. La
imagen final se genera de forma automática, según la disposición de los
elementos escogidos. Son imágenes, por tanto, que tienen algunos de los
componentes de las imágenes construidas manualmente, en un proceso
de actos y reflexiones secuenciales y al mismo tiempo algunos de los
componentes de la fotografía, ya que se gestan en una cámara virtual.
Es destacable que el software existente trabaja de un modo similar a las
cámaras estenopéicas, y sólo simula las lentes mediante procesos
añadidos, posteriores a la toma.
(fig 8) Imagen 3D.
4. Imagen fotográfica
Las imágenes se forman en una cámara oscura armada con lentes. La
superficie fotosensible convierte la luz entrante en información eléctrica.
Esta superficie está construida mediante una retícula de cuadrados
regulares que le dan esa uniformidad propia de la imagen digital.
Otro caso posible sería el de las fotografías tradicionales que se
digitalizan para su almacenamiento o manipulación en el ámbito digital.
En este caso, nos encontramos con un tipo mixto de imágenes, y que
contiene, por tanto, componentes de ambos sistemas. Por un lado, las
características de la imagen fotográfica convencional. Por otro, las de la
imagen digital.
(fig 9) Imagen fotográfica digital.
5. Imágenes mixtas
El hecho de convivir en el mismo soporte hace que resulte muy sencillo
combinar imágenes de distinta procedencia. Podemos incluir fotografías
dentro de escenas en 3D, como fondos o texturas, podemos dibujar
sobre fotografías, o podemos hacer collage con distintos tipos de estas
imágenes. En cada caso nos encontraremos con imágenes con
características híbridas entre uno y otro sistema, con mayor o menor
cantidad de componentes de cada uno según sea la cantidad de
imagen que se mantenga de cada tipo.
(fig 10) Imagen híbrida digital.
En el ámbito de las imágenes digitales, conviven imágenes de distintas
procedencias que conservan sus componentes esenciales aunque se
homogeneicen en el soporte digital. La fotografía digital es un procedimiento
de este tipo. Aunque su aspecto y características sean semejantes a los de otro
tipo de imágenes, y la combinación con esas otras imágenes sea
extremadamente fácil, no podemos olvidar su especificidad. Una imagen
fotográfica es siempre fotográfica, hasta que diversas manipulaciones puedan
convertirla en otra cosa. Una imagen fotográfica digital sigue siendo fotografía,
aunque se haya convertido en imagen digital. Sólo perderá su naturaleza
fotográfica si comenzamos a manipularla convirtiéndola en otra cosa, como
por ejemplo una fotografía pintada, es decir, una imagen híbrida del último tipo
que hemos analizado.
(fig 11) Fotografía pintada.
Facilidad de manipulación de la imagen digital
Existe otro factor que parece diferenciar a las imágenes fotográficas digitales
de las imágenes fotográficas tradicionales. Al haberse convertido en imagen
digital, puede ser manipulada hasta el infinito sin que esto suponga una
degradación evidente de la calidad de la imagen. En la fotografía tradicional
esto es imposible, ya que cada paso en la manipulación implica unos procesos
físicos que van alterando el soporte mismo de la imagen, con una degradación
parásita muy alta, que puede añadir grandes dosis de ruido a la información
original.
En el ámbito digital, la información puede manejarse con independencia del
soporte que la porta, trasmitiéndose y manipulándose sin pérdidas innecesarias.
Esto nos permite manipular la información de forma absoluta, alterando el valor
de cada uno de los puntos de la imagen a nuestra voluntad. Este hecho ha
despertado grandes suspicacias en el ámbito de la fotografía digital,
fundamentalmente porque parece terminar con el supuesto verismo de la
fotografía tradicional. Una fotografía digital puede alterarse sin que el medio
delate las manipulaciones. Por tanto, su capacidad de reflejar la realidad
como una prueba es cuestionada gravemente.
(fig 12) Fotografía manipulada.
Por supuesto que esa capacidad ya era cuestionada muy seriamente antes de
la aparición de la fotografía digital. De todos es conocida la habitual
manipulación de la fotografía de reportaje, que construye habitualmente
escenas que sólo existen por y para la cámara que las creó, por consiguiente,
falsificaciones o simulaciones. Incluso en el laboratorio es habitual el recurrir a
montajes, tapados o sobreexposiciones que modifiquen la imagen a
conveniencia del fotógrafo. Pero hay que destacar, sobre todo, que la
fotografía siempre supone una intervención, un posicionamiento, una actitud y
unas decisiones que conformarán finalmente una imagen. La fotografía no es
verdad, siempre es una construcción deliberada por parte del fotógrafo.
La manipulabilidad de la imagen digital quizás sea una bendición que nos
permita reafirmar el carácter subjetivo de la fotografía, su carácter de medio
que crea imágenes utilizando la luz y ciertos artificios, pero siempre imágenes
creadas por el fotógrafo desde sus decisiones, su posicionamiento y su
intención.
Conclusiones
Podemos concluir destacando que la fotografía digital es fotografía, y que su
aparición ha puesto en evidencia las características más esenciales de ese
medio de construcción de imágenes que denominamos fotografía. Podemos
hablar, por tanto, de distintos tipos de fotografía, atendiendo a su
procedimiento: químico, digital, de plasma...
Tenemos que destacar asimismo a la fotografía digital como uno de los casos
posibles de imagen digital. De este modo, queda puesta en evidencia su doble
naturaleza: por un lado, su carácter fotográfico, en cuanto al modo en que se
forma la imagen (partiendo de la luz reflejada en una escena real y utilizando
la cámara óptica), y, por otro, su carácter de imagen formada por pixels,
infinitamente manipulable y combinable con otros tipos de imagen de
naturaleza digital.
© de las imágenes y del texto: Jaime Munárriz.
Jaime Munárriz

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