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Poligrafía Binaria

CMYK

M-REAL

La reproducción de los colores con los matices exactos de los originales no es una ciencia exacta. "Pero aunque la era digital no ha resuelto el problema, si ha ofrecido toda una gama de nuevas oportunidades", dice Alistair Dabbs

Las imágenes en color dominan los medios de comunicación. En revistas, libros y periódicos, la imagen a todo color es uno de los elementos más corrientes del moderno vocabulario visual. Siendo la reproducción de imágenes en colores algo básico para las comunicaciones gráficas modernas, son presumiblemente susceptibles de alcanzar más adelantos y matizaciones técnicas. Al igual que la presentación y la reproducción de tipos ganaron en refinamiento al hacerse universal la impresión, la reproducción de los colores se está enriqueciendo continuamente.

Como sabe todo aquel que utilice una impresora barata de chorro de tinta, para colores, los colores impresos se crean a partir de sólo tres o cuatro tintas primarias. Unos minúsculos puntos de colores, situados muy cerca los unos a los otros, parecen fundirse al ser vistos desde una distancia razonable. Por ejemplo, los puntos azules y amarillos situados en la misma zona parecen verdes al ojo humano. Pero el concepto básico de puntos agrupados no revela la totalidad del desafío que representa la reproducción impresa en la actualidad. De hecho, una vez que empieza uno a investigar las interioridades del sistema, empieza a preguntarse como es posible imprimir nada.

Un truco de luz

Los puntos producidos por una impresora barata de chorro de tinta son caprichosos e imprecisos, como si se hubieran proyectado con un rociador. En la impresión profesional, los puntos ocupan posiciones uniformes, como si estuvieran sobre una cuadrícula, y son supuestamente de forma cuadrada. La cuadrícula o trama pone los puntos de colores cian, magenta y amarillo en grupitos, para que sea más fácil engañar al ojo a fin de que los vea fundidos. Unas ligeras diferencias en sus posiciones y en el ángulo de los puntos cuadrados les permite solaparse, en lugar de imprimirse directamente los unos sobre los otros.

Para aumentar la fuerza con la que se percibe un color, se aumenta el tamaño de los puntos. A plena fuerza (100% del valor del color), los puntos se unen en la trama sin dejar espacios intermedios. Los tres colores al 100% producen negro; tiende a ser un negro poco nítido, amarronado, de forma que la mayoría de los sistemas de impresión añaden tinta negra como cuarto primario sustractivo, y por lo tanto tenemos cian-magenta-amarillo-negro o "CMYK" (como se los conoce por sus iniciales en inglés), normalmente conocidos como los colores de proceso.

Hay cinco formas principales de impresión profesional en colores: offset, litografía, fotograbado, flexografía, tipografía e impresión por trama, siendo el offset y el fotograbado las que dominan las comunicaciones impresas. A diferencia de otros procesos de impresión, el fotograbado no utiliza planchas de impresión, sino que los puntos que componen la imagen se graban directamente sobre un cilindro de cobre. Las minúsculas depresiones recogen la tinta y la transfieren al papel. Utilizando la misma retícula de trama y tipo de papel, el fotograbado puede reproducir una gama de colores superior a la del offset. Al usar tintas transparentes, se reduce el enmascaramiento, además de que el fotograbado no sólo puede variar el tamaño y el número de puntos, sino también su espesor: mientras más profunda es la depresión, más gruesa es la película de tinta aplicada y más intenso es el color. El espesor general de la tinta tiende a ser mayor que en el offset, lo que produce colores más intensos. Dado que el proceso de fotograbado es costoso, está limitado a revistas y catálogos con grandes tiradas, en los que la elección de tipo de papel es relativamente limitada.

La litografía offset es la técnica de impresión favorita en todo el mundo, en la que unas planchas de aluminio colocadas sobre rodillos rotativos llevan lo que pudiera llamarse una impresión "grasienta" que atrae la tinta. La imagen en tinta se transfiere a un segundo juego de rodillos recubiertos de goma, conocidos como "mantas", antes de aplicarse al papel.

Hay una variedad de tipos de papel disponible para el offset de red en caliente, tanto en términos de recubrimiento como de estructura de superficie, así como papeles de alto brillo que producen colores más frescos. Como sugiere su nombre, el offset de red en caliente imprime una red continua de papel, que más tarde se seca en un horno calentado, lo que produce una brillante capa de tinta con intensos colores. El costo relativamente bajo de crear las planchas, la velocidad (ambas caras del papel se imprimen a la vez) y el equipo para el doblado en línea hacen que el offset de red en caliente sea el proceso de impresión más eficaz para revistas y catálogos en cualquier tamaño de tirada.

Hay disponible la más amplia variedad de papeles para el offset con alimentación por hojas, desde papeles de color y con textura, con una superficie rugosa, hasta papeles extremadamente brillantes, con recubrimiento de fundición, cuya superficie es parecida a un espejo, lo que permite altas densidades de trama y por lo tanto de impresión, teniendo como resultado una excelente reproducción de colores. La velocidad, relativamente baja, del offset con alimentación de hojas (en general hay que pasar las hojas dos veces a través de la prensa, para imprimir ambos lados) más una operación separada para el cortado/doblado, lo hace más apropiado para los folletos, volantes, memorias anuales, carteles, libros o revistas con tiradas de decenas de miles. Y tiene la ventaja de ofrecer una elección de alternativas de acabado, tales como el barnizado, el laminado y el relieve, así como una elección de tintas a medida para reproducciones de colores específicos o para puntos de colores adicionales.

La mezcla de tintas

Los distintos sistemas de impresión usan tintas distintas. Las tintas de litografía en offset suelen ser con base de aceite, mientras que las tintas para fotograbado son más acuosas y la menor variación en la mezcla afectará a los resultados generales. Los colores de proceso tienen sus limitaciones. No hay forma de que cuatro pigmentos reproduzcan el efecto de la totalidad del espectro de luz aditiva, sino tan solo una aproximación a una pequeña parte del mismo. El naranja, por ejemplo, se crea a partir del amarillo y el magenta, pero como el magenta contiene algo de azul, hace que el naranja resultante sea más apagado que si se utilizara tinta naranja. El orden de aplicación de los colores es importante, ya que aunque las tintas son translúcidas, la última tinta que se imprime tiene un cierto efecto de enmascaramiento de las otras. Así pues, el negro se imprime primero, en general, seguido por el cian, el magenta y el amarillo.

Para ampliar la gama es posible añadir tintas especialmente mezcladas. Los ejemplos incluyen colores fluorescentes y verdes lima, ambos imposibles con el sistema CMYK. Muchas prensas están diseñadas para aceptar una quinta unidad para esta tinta adicional: algunas pueden aceptar seis colores, mientras que unas pocas pueden aceptar hasta ocho. Pantone ha establecido un proceso de seis colores llamado Hexachrome, compuesto por CMYK más naranja y verde, que ha resultado ser popular para las tapas de libros y el empaquetamiento de productos.

El quinto elemento.

El papel se considera habitualmente como una cosa neutral en el proceso de impresión. La mayoría de la gente supone que el papel blanco es simplemente eso: un medio cromáticamente neutral que permite que aparezca la impresión del color sin ninguna fundición o tinte no deseado. De hecho esto es rara vez el caso y aunque los sistemas de gestión del color tienen parcialmente en cuenta el papel utilizado, el impacto visual de la tinta puede ser modificado por sutiles características del papel. El brillo puede variar desde el grisáceo papel para periódicos hasta el papel para copiadoras, casi fluorescente, y el tono hace que la mayoría de los papeles parezcan ligeramente cremosos o azulados.

La implicación práctica de esto es que el papel puede convertirse en una especie de quinto color, especialmente en las zonas claras de tonos medios, como es la piel, en la que una gran parte de la superficie del papel no está cubierta por puntos de color. Siempre se puede añadir más amarillo para que los tonos de la piel parezcan naturales, pero no se puede compensar el efecto negativo de un tono de papel amarillento sobre los cielos azules o los delicados colores pastel. Toda desviación de un blanco perfecto reduce el número de colores que es posible lograr.

Pero es igualmente importante la forma en que se conduce la tinta cuando se aplica al papel. Cuando se absorbe, los puntos se amplían (ganancia de puntos) y la ganancia óptica de puntos (causada por la dispersión de la luz dentro del papel) hace que los puntos parezcan aun mayores. Aunque la ganancia de puntos puede ser parcialmente compensada por medio de la reducción del tamaño de los puntos en la plancha de impresión, el tamaño mínimo de los puntos tiene un límite, antes de que éstos desaparezcan. Los distintos tipos de papel tienen distintas ganancias de puntos, presentando la máxima el papel de periódicos y la mínima los papeles de alta calidad con doble o triple recubrimiento. La densidad de impresión también puede afectar la ganancia de puntos - mientras más tinta se aplique más crecen los puntos - de forma tal que hay un límite máximo para cada tipo de papel. La estructura de la superficie del papel también puede afectar al color. Una superficie mate dispersa la luz de forma difusa y reduce la intensidad de los colores. Es por esto que los colores parecen más saturados sobre papel brillante.

Los colores futuros

Están teniendo lugar dos importantes cambios en la impresión en colores, que están dando una sacudida a esta industria. El primero es la gestión digital del color. Están apareciendo tecnologías que ayudan a mantener la fidelidad del color durante todo el proceso. Una cuidadosa utilización del software de gestión de colores debería asegurar que lo que se ve en pantalla se parezca a lo que fue escaneado y se pretende imprimir. Pero la verdadera gestión digital del color significa cerrar el bucle.

Sólo se puede gestionar el color, en un entorno de impresión profesional, si se incluyen el dispositivo de verificación de color y la prensa de impresión final como parte de la instalación digital. Con equipos especiales, objetivos de escaneamiento e impresión de tarjetas de prueba se puede medir la capacidad de cualquier dispositivo incluido en la reproducción del color. Esto es especialmente útil al corregir páginas, dado que puede configurarse un corrector digital de color para un amplio abanico de fines. En otras palabras, a menudo pueden simularse distintas normas de tinta de proceso, hacer un excelente intento de obtener ciertos colores "especiales", incluyendo los fluorescentes, e incluso imprimir un color de fondo general que imite el tono del papel en el que se va a imprimir el trabajo.

El segundo gran cambio es la llegada de las prensas digitales. Estas son básicamente impresoras de chorro de tinta o láser a escala tamaño habitación y pueden imprimir basándose en los archivos originales en disco, sin etapas intermedias: nada de películas, placas de imposición ni elaboración de planchas. El coste por ejemplar, usando una prensa digital, es a menudo el mismo con independencia de que se imprimas 200 ó 2000 ejemplares.

Las prensas digitales tienden a ser lentas, sin embargo, y no pueden competir contra la litografía offset en tiradas de más de 5000 ejemplares. Como resultado de esto está ganando terreno rápidamente una tecnología intermedia, conocida como "ordenador a plancha" ("computer to plate" o CTP en su versión inglesa). Esto no es nada más ingenioso que una máquina para hacer planchas de litografía offset que funciona directamente en base a archivos de páginas en un disco, sin etapa de película. El sistema CTP puede producir resultados impresos más fiables y, puede argumentarse, más nítidos que los obtenidos con prensas tanto convencionales como digitales.

Nada más que una ilusión

Sea cual sea el sistema utilizado para reproducir el color, siempre hay que tener en cuenta que no es sino una ilusión. Algunas máquinas de impresión en color rocían una fina neblina de tinta, mientras que otras calculan y sitúan puntos, pero lo único en base a lo que se las puede juzgar es su aspecto a la vista a una distancia razonable. Y los ojos pueden engañar.

Unos experimentos efectuados en Estados Unidos en 1999 han demostrado que el ojo humano tiende a ajustarse, de forma aun más sutil, según el tipo de color que cree que debiera ver. En estos experimentos se exhibió a los observadores una figura impresa que representaba una hoja rectangular de papel doblada en una sencilla forma de "V". Un plano estaba coloreado en azul y el otro era blanco puro. Cuando los observadores veían la figura doblada como un tejado de dos aguas, les parecía que el plano blanco era blanco. Sin embargo, cuando veían el ángulo agudo de la "V", les parecía que el plano blanco tenía un tinte violáceo, sabiendo que en ese tipo de configuración el plano blanco recogería un ligero tono reflejado del plano de enfrente. Esta conducta aprendida del ojo/cerebro es probablemente una característica humana inherente, pero es una característica que casi seguramente se ha visto reforzada por la enorme cantidad de información visual reproducida que procesamos todos a diario.

Aunque los fines tradicionales de la gestión del color (uniformidad y precisión del tono) son prácticos más bien que creativos, nuestra capacidad de ajustarnos y compensar las desviaciones sugiere que en el futuro serán posibles más y más distorsiones imaginativas del color sin pérdida de legibilidad.

Colores brillantes

Está aumentando la popularidad de las tramas estocásticas combinadas con CTP (ordenador a plancha) para producir colores más brillantes. Las tramas estocásticas producen puntos de tamaño fijo, extremadamente pequeños (alrededor de 0,020 mm., lo que es similar a los puntos de un medio tono muy claro (1 a 2%) en una trama convencional con una densidad de 60 líneas/cm.) dispuestos de forma irregular. La cadena digital de trabajo y el CTP han hecho posible la utilización de puntos así de pequeños, mientras que en el pasado existía el riesgo de que desaparecieran al hacerse las planchas en base a película.

"Los puntos pequeños ayudan a reproducir los detalles de forma más precisa, además de que las tramas estocásticas tienen un efecto positivo sobre los colores", dice Lasse Krogell, director de producción de Hansaprint Vantaa, una gran empresa finlandesa de impresión. "En comparación con las tramas normales, permite una mayor densidad de impresión sin correr el riesgo de que se fusionen los puntos. El resultado son colores más intensos, más saturados, así como un mayor contraste", dice Krogell. "La capa de tinta, más gruesa, produce una superficie más brillante que añade aun más a la profundidad e intensidad de los colores. Y los colores invertidos, como el texto blanco sobre un fondo de color, parecen más nítidos", dice Krogell. "Utilizamos CTP más pantallas estocásticas para una serie de revistas y las reacciones han sido muy positivas. Creo que su popularidad va a aumentar". Es necesario, sin embargo, que la publicidad también se entregue en formato digital.

Artículo extraido de M-REAL

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